Nuestra constitución
La Constitución de la concordia y la conciliación
Hoy cumples treinta y un años. Felicidades, porque a pesar de las zancadillas que te han puesto los que no te quieren, te levantaste deprisa y supiste administrar con suma sabiduría los prejuicios, las sinrazones, la intolerancia de algunos, sus egoísmos. Siempre saliste victoriosa porque tu fuerza es la fuerza de todo un pueblo que cree en ti.
Felicidades, porque nos has permitido disfrutar de treinta y un años de paz. El periodo más largo de democracia que nunca antes tuvo España.
Felicidades, por todo lo que nos diste en 1978. Libertad, dignidad, justicia, seguridad, un estado de derecho que aseguró el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular, protección de los derechos humanos, nos hizo mejores y más iguales y dio voz y derechos sociales y laborales a quienes no los tenían.
Pudiste nacer más hermosa, más simpática, más amable. Pudiste venir a este mundo mucho antes. Pero no te reprocho nada porque tú no tuviste la culpa. Pasar de un régimen dictatorial a una frágil democracia no era tarea fácil. Fueron muchos los inconvenientes que sufriste durante tu niñez. Un periodo de muchas turbulencias económicas y políticas. Demasiadas para una niña tan frágil. Felicidades porque pasaste ese periodo de transición con nota.
Ahora con treinta y un años algunos creen que necesitas un cambio para adaptarte a los nuevos tiempos por los que discurrimos. Tal vez tengan razón, Habría que atraer hacia ti a parte de los que siguen sin quererte. A todos, sabes que es imposible, porque para contentar a los que son la excepción tú no tendrías que existir, y si tú no existieras volveríamos al tiempo de lo tenebroso y oscuro. Al tiempo de la insolidaridad y la falta de libertad. No, no queremos que vuelvan esos tiempos.
Tus padres pelearon con ganas para que vieras la luz. Luengo nosotros, un 6 de diciembre de 1978, te arropamos con nuestros votos y te acogimos como algo nuestro, como algo que llevábamos esperando largo tiempo ya.
Muchas felicidades
Categorías:Política
Excelente post amigo. Si es cierto no valoramos como deberíamos a la Constitución. Es el instrumento que nos ha unido como pueblo que ha permitido el diálogo de diversas sensibilidades políticas e ideológicos. Fue un gran hallazgo y un mérito de los grandes políticos que tuvimos en aquella época, un manera de governar en interés del bien común, de la convivencia, la libertad y progreso en común. Claro que hay adaptar la Constitución como toda ley, a la nueva realidad social.Todo cambia, todo progresa también las leyes que han de responder a las necesidades de la sociedad y a las diversas realidades nacionales que conforman nuestro país. Ahora más que nunca necesitamos un texto moderno, acorde con los tiempos y que nos una más que nos separe.
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Se celebra el cumpleaños
de nuestra Constitución.
Treinta y uno ya han pasado
desde que aquí se creó
poniendo de acuerdo a tantos
sin lugar a discusión.
Más de treinta años después
se habla de que es necesario
el revisarla una vez
para hacerle algunos cambios.
Y en eso no hay discusión.
El problema surge cuando
gobierno y oposición,
y otros grupos adosados,
deben poner en cuestión
los cambios recomendados.
Y ahí es donde encontramos
lo mejor que en sí supuso
la nuestra Constitución
y es como todos los grupos
la aprobaron en unión.
¿Podrán ahora repetirlo?
Es algo poco probable
pues nuestros finos políticos
siempre ponen por delante
los posibles escrutinios
de los votos que ellos ganen
que encontrar un equilibrio
para que el país avance.
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